Floridor Pérez
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Más alto
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Anoche Dios soñó conmigo
Fui la paja en su ojo
zumbé en sus santas narices
o pulga en el oído.
Y Dios con bendita paciencia
dormía el sueño de los justos
mientras yo me desvelaba por despertar.
Antes que Él pestañeara
mueva un dedo
o dé un solo soplido.-
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Adiós
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Con razón nos cuesta tanto entender a Dios:
Aquí en el cielo
el avión esta absolutamente inmóvil
Allá en la tierra
tú me ves alejarme a mil kilómetros
p o r h o r a.
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Sobremesa
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Muy pierna encima lee el diario
noticias de la guerra
el fútbol
su hijo llora
en lacuna
el no sabe porqué
“cht cht tome su tete”
y mentalmente
calcula las bajas
y la posición
de los equipos.
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El inesperado
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El producto ofrecía
99%
de seguridad
y ahora la joven madre
-la Nº100-
no sabe si sonreir
o presentar excusas
no se atreve
a cantarle
una canción
de cuna.
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A una coqueta
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Agua que no has de correr
no me des sed.
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P.D.
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Cierto que tardé mucho en encontrarte
¡Pero eran cuatro millones doscientas
cuarenta y ocho mil quinientas treinta
las chilenas, cuando salí a buscarte!
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Fue bastante más lejos que Parra, creo, en la "antipoesía", si por eso se entiende una poesía desenvuelta, que no se toma a sí misma en serio, gozosa de existir, lanzada a jugar, potente por presencia de palabra y de vida. No es "gran poesía" (no es Vallejo, no es Eliot, no es Rilke, no es el Neruda de Residencia en la tierra) pero qué necesaria me resulta, qué bueno es volver a leerla, qué encuentro con algo verdadero y vivo es para mí su lectura. Tuve la alegría de presentarlo una vez, acá, en Buenos Aires.
Floridor Pérez, otro que se me va.