Susana Thénon
Dónde
Sólo el misterio
nos hace vivir.
Sólo el misterio.
F. García Lorca.
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Bajo la teoría de la gestalt
las estadísticas anuales
el observador en el polo
los tableros de control.
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Bajo el sol meteorológico
el éster nítrico del alcohol tetrahídrico
la fuerza motriz aprovechable
y el robot electrónico.
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Bajo el predicado nominal
la glosemática de Hjelmslev
el catálogo de códices y documentos
la patogenia del coma hepático.
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Bajo las categorías dimensionales
la suma de los ángulos interiores de un sueño
la cosmovisión del yo
los grados del amor cibernético
cómo seguir
qué ser
dónde morir
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"Existencial": palabra que me viene a la mente cuando me encuentro con la poesía de Susana Thenon. La asocio, seguramente, a una época o un clima de época, un momento de "la vida cultural argentina", a los modos en que ciertas inquietudes insistían entonces en la poesía, el cine, el teatro, la narrativa y hasta la música, y también, muy vinculados a eso, los recursos de la escritura poética, la actitud del poema: eso que el ánimo del poeta parecía estar persiguiendo, eso que lo animaba. Lo que me sorprende, si es así, es hasta qué punto lo que llamo "existencial" está vivo, nos interpela, dista de ser un mero dato de la historia de la cultura, y el hecho de que, además de sorprenderme, me sigue afectando. ¿Qué hace uno con la vida? es la pregunta, o qué hace la vida con uno, o qué es vivir o debería ser (el "¿esto era todo?" que se pregunta Angel Leto en un tramo decisivo de Glosa). Se entra al breve universo del poema con cierto temblor, o sometido a un temblor, sabiendo que algo no anda bien, que no es justo aceptar que las cosas sean nada más que eso que la costumbre nos lleva a aceptar que son, que hay un "algo más" esperando si nos animamos a dar los pasos que hacen falta, lo que lo sume a uno en cierta excitación vital, como la de quien entra de veras en la vida, y a la vez en un miedo, el de quien está condenado a ser rebelde, disconforme.