Leónidas Lamborghini
​
Reina: hecha
de sol. de verás.
de hacerme.
Reina: hecha
de ofrecí. de
justifica. de
tanto. de te. de
te tiene.
Reina hecha
de pa'. de
ibas. de lejos.
de hoy. de mí. de
mirarte.
Reina: hecha
de rincón. de
un año. de tu
bien. de
Reina: hecha
de salvarte. de
sólo. de después. de
así. de me mordí.
Reina hecha de:
conciencia pura.
Reina hecha de:
se paraban.
​
Esa potencia creativa, deconstructiva, recreadora, de las operaciones que Leónidas Lamborghini llamaba "reescrituras". Sometido a esa forja, "Confesión" se mantiene como trasfondo o recuerdo de una corriente verbal que sigue diciendo los versos de Discépolo mientras dice otra cosa, o más bien hace emerger "otra cosa" en los intersticios de un decir quebrado, revuelto, o más bien hecho de irrupciones, emergencias de voz. Romper el decir para que salga lo que el decir obtura. Alguna vez Lamborghini mencionó como ejemplo de su técnica al jazz, con sus juegos de citas e improvisaciones, siempre recomenzando, como diría Valéry. Lo sabe bien el oyente de Thelonious, de Parker, de Davis o de Coltrane: mientras saborea los sonidos, los timbres, los ritmos, la repetición, el swing (todo está muy presente en las reescrituras de Lamborghini), es la propia mente del que escucha la que va haciendo la música.