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Marcelo Díaz

​

Trobar leu

 

No le des tanta vuelta, la ciudad
también monta su poema, 
y no te espera; por ejemplo, 
este comercio al borde 
de la quiebra y el grupito 
de gendarmes en su puerta, 
y el cartel:

​

ESTAMOS LIQUIDANDO

​

Algo así como si William Carlos Williams escribiera en castellano y en la Argentina actual. Lo que ocurre, lo que está ahí, potente por su solo estar ahí, y lo que de ese "estar ahí" nos concierne, porque al fin y al cabo estamos todos más o menos dentro de lo que se llama "la especie humana" (aun más, aunque no únicamente, cuando compartimos una época y un país), expuesto sin dramatismo ni énfasis: que sea el "estar ahí" o el "estar ocurriendo" inapelable el que se diga a través de la escueta presentación, en la que cada frase y cada palabra tienen un lugar y una función muy precisos (no hace falta agregar nada, no hay comentario que "diga" más que lo que se ve, o lo que el texto hace ver). Pero también lo que "eso que ocurre" suscita en una mente tan atenta a la ineludible realidad de lo que ocurre como dispuesta a las preguntas "por qué", "para qué", "qué me está diciendo esto", "cómo se vive", que podrían ser propias de la filosofía pero en este caso son de la poesía. Algo parecido a las correspondencias baudelaireanas: la realidad "habla" en su lenguaje de darse ante los ojos, y bien puede que eso que se ve sea, visto de ese modo, un poema montado por la ciudad (que a su manera es el país, y el mundo, y el tiempo que nos toca vivir), si hay ojos y cerebros capaces de encontrar esa resonancia. Todo eso en las apenas ocho breves o muy breves líneas de este poema de Marcelo Díaz

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